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Hemos olvidado que somos amor.

Hemos olvidado nuestra esencia primaria, por eso hemos olvidado que el sexo es inocente y nos hemos confundido pensando que es lo contrario.

El impulso sexual es inocente, es amoroso, es creativo, es hermoso.

Hemos olvidado que el pene es hermoso, inocente, es una vara mágica que pulsa la energía de la vida y la luz del amor.

Hemos olvidado que la vulva, la vagina, son la puerta y el canal de entrada que conduce al templo de la creación que es útero.

Pero que hayamos olvidado no significa que dejen de ser lo que son.

La energía sexual está pulsando en nosotros invitándonos a vivir desde el amor y la inocencia, no podemos parar la fuerza y el poder de esta energía.

Tarde o temprano recordamos que somos amor y nos reconectaremos en consciencia a la fuente.