Al comienzo de las relaciones es fácil que el deseo sexual sea alto, que la atracción sea intensa, toda la bioquímica de tu cuerpo está muy activa y pulsa alto el deseo sexual.
Al pasar el tiempo, la relación se transforma, el deseo sexual no es tan intenso, se tiende a equilibrar y la bioquímica del cuerpo no estimula igual que al principio.
El deseo en relaciones a largo plazo
Esto es normal, y no quiere decir que no hay deseo sexual, sino que simplemente cambia.
Es más, a lo largo de la vida ese deseo fluctúa según las experiencias que vamos viviendo y que nos van transformando.
Las relaciones a largo plazo, así como la relación que tenemos con nosotros mismos necesitan dedicación, tiempo y espacio.
Espacio mental y físico para promover el movimiento de la energía sexual y mantener activa la llama del deseo.
Hacer espacio mental y físico
Si tienes espacio mental y físico para ti, para tu propia sexualidad, para tu relación de pareja y la sexualidad, podrás mantener activo el deseo.
Muchas personas que se preocupan porque el deseo falla, porque baja la libido, porque no sienten deseo, pueden encontrar mejoras al darle espacio mental y físico al placer, el erotismo, la conexión con su propio deseo.
Para elevar la llama…
El espacio sexual programado, agendar tiempo para nosotros mismos, puede dar resultados positivos, pero en nuestra cultura tenemos la idea de que todo lo que tiene que ver con el sexo debe surgir de forma espontánea.
Otra cosa que sucede es que deseamos tener experiencias sexuales satisfactorias, enfocándonos en que el otro sea el causante de nuestro placer.
Por otra parte, nos cuesta estar relajados y sucede que la ansiedad, el stress, la tensión, sobrecarga mental, preocupaciones, incertidumbre, etc, nos desconectan de nuestra capacidad de sentir deseo sexual, porque le quitan espacio mental y físico al deseo.
La importancia de estar presente
La solución para elevar el deseo sexual, para reconectar con la llama interior, tiene mucho que ver con estar presentes en el cuerpo, con sentir gratitud por la vida, con aprender a respirar, con aprender a sentir el cuerpo en general sin un fin sexual, con auto conocernos y comprender que el placer y el deseo sexual no depende de otro, sino de nosotros mismos.
Los ejercicios de Activación de la Energía Sexual son una herramienta poderosa para hacer que fluya esta energía abundantemente y se eleve el deseo sexual, y como consecuencia la excitación surja espontáneamente (como nos gusta).
También he encontrado en el Yoga y la meditación un espacio de conexión físico – mental – energético que permite que pueda conectar naturalmente con el placer y con el deseo natural de mi cuerpo.
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