Según Wikipedia La palabra tabú designa a una conducta inaceptable para una sociedad, individuo, grupo humano o religión.
Pero ¿acaso el sexo es inaceptable?
Somos sexuales, nuestro cuerpo no solo es sexuado, siente un pulso natural que lo invita a unirse, a sentir placer, a tener sexo.
No puede ser inaceptable algo que es inherente al ser humano. Pero al día de hoy, en muchos ámbitos, hablar de sexo es incomodo y si, es un tabú.
¿Porque hablar de sexo sigue siendo un tabú?
Primero debemos comprender como la religión, la sociedad, el entorno familiar modelan la sexualidad.
Estos entes nos trasmiten la información primaria que recibimos sobre sexo, que suele ser es limitada y que condiciona nuestra expresión sexual, nos educan para controlarnos.
Estas ideas de control y represión de la naturaleza esencial en el ser humano proviene en buena parte de las religiones que consideran que el sexo solo es positivo para procrear y no para sentir placer.
Desde la mayoría de las religiones el sexo es permitido solo bajo la figura del matrimonio.
Bajo la premisa de que el sexo es bueno si hay procreación y matrimonio, entenderemos que muchos no entran en esos parámetros, pero, si no se cumplen con estos parámetros se considera malo.
Al no poder tener sexo con libertad, porque sienten que es algo malo, que puede ser castigado, que conlleva una gran cantidad de consecuencias, se ven obligados a expresar su verdadera naturaleza escondidos, o sin hablar de ello.
Doble Moral
Parece una locura, que en pleno siglo XXI el sexo siga siendo tabú, pero es una realidad.
Vivimos bajo una doble moral, nos bombardean de información bastante sexualizada, pero nos exigen “comportarnos”.
Un ejemplo sencillo es como las redes sociales exigen no escribir la palabra “sexo”, si en Instagram usamos muy frecuentemente ese término nos veta.
En los medios de comunicación si “hablamos demás” nos limitan.
Nos avergüenza hablar con otros con términos como pene, vulva, vagina, coito, gustos sexuales, géneros, esto por decir algunos ejemplos.
Al día de hoy, los padres no saben ni se sienten cómodos hablando de sexo con sus hijos, ni siquiera se sienten cómodos hablando de sexo entre parejas.
Los hombres sienten asco porque la mujer menstrue, ver la mancha de sangre en la ropa de una mujer causa estupor, es más aceptado ver una película sangrienta ó la sangre derramada por un homicidio que ver la sangre menstrual.
Esto que cuento “no pasaba antes” está pasando ahora.
Necesitamos salir de la oscuridad de la ignorancia, somos sexuales, si no hablamos de sexo como podemos educar.
Es positivo hablar de sexo para generar relaciones sanas, aprender a conocernos a nosotros mismo, ponernos de acuerdo con otros sobre la sexualidad que deseamos vivir, incluso exponer al que abusa, cuando abusa.
El hecho de que el sexo sea tabú es una cortina que cubre al abusador.
¿Cómo podemos ir más allá de los tabúes y hablar con libertad sobre el sexo?
Haciéndolo, educándonos, atreviéndonos, haciéndolo diferente, entendiendo que somos sexuales y está bien hablar de sexo, es mas es necesario hablar de eso que hemos convertido en tabú.
- Hablar y normalizar que los jóvenes tendrás sexo
- Hablar y normalizar que las mujeres menstrúan y la sangre menstrual no es sucia ni asquerosa
- Educar a los hombres sobre como funciona el cuerpo de la mujer y a la mujer sobre el del hombre
- Integrar las palabras adecuadas al hablar de sexo sin pena ni vergüenza
- Aprender a decir lo que pensamos y sentimos con respecto al sexo
- Poder hablar con libertad de las experiencias que vivimos
- Aprender a ponernos de acuerdo con respecto a lo métodos de protección que usamos
- Educar a nuestros niños en sexualidad sana y consciente con información acorde a su edad